viernes, 26 de junio de 2009

KUKALACHITA NOMÁ

Casi todas las personas tienen un restaurant preferido según la exigencia del paladar de cada uno, siempre se llega al lugar donde se hace más acogedor y hasta se familiariza con la gente que acude de igual forma al mismo local.

Siempre hay un Chifa, en cada barrio siempre está el chino que se hace conocido por todos por ser el dueño del "restoran", en la esquina de Mama Ocllo y Julio C. Tello estaba nuestro lugar de encuentro obligatorio, ahí mismo estaba el Chifa, y yo, que no tengo ninguna preferencia en cuestiones culinarias , comía un menú ó un lomo saltado y muchas veces nos reuniamos para tomar algunas cervezas.
Pues como cualquier lugar de comida china de barrio, el local no reunía las condiciones adecuadas y las instalaciones eran un horno puesto que el calor era sofocante, pero aún así siempre estabamos presentes.
Aquella ocasión estaba degustando una sopa wantán, o mejor dicho agua con wantán y sentí una mirada, una energía indescriptible, casi era como una seducción hacía mí, giré la cabeza y estaba ahí, tránquila como meditando y saboreando cada sorbo que daba a la sopa, casi podía escuchar susurrarme que le diera un poquito de wantán. Ahí estaba moviendo sus antenitas y de vez en cuando daba pasitos para observarme mejor. Le hice una señal al Chino para que se acercara y tomara alguna medida, él caminó hacía donde estaba, miró lo que yo estaba viendo, sonrió y sólo me dijo: "cucalachita nomá"... y sí, era una cucarachita indefensa, a quién haría daño? lo miré observé al insecto, se volteó como ofendido por haberlo acusado con el chino caminó unos pasitos y se perdió entre el triplay que separaba la cocina de los asientos.
Lejos de adquirir una mala fama con mis demás amigos , estos lo tomarón con humor, ya que a ellos también les había tocado conocer a "pepito", así habían bautizado a la cucalachita, y a toda su dinastía.
El Chino se hizó más pata de nosotros, como que nos agarró más confianza y en su afán de callarnos la boca hasta nos fiaba las chelas.
Nunca más ví a "pepito" supongo que su ciclo de vida había cúlminado, pero siempre había un representante de su familia en aquél chifa de barrio, en donde el "cucalachita nomá" se hizo famoso.

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