Las costumbres y trádiciones del País que te vió nacer...mientras mas lejos estas de ellas mas presentes las tienes....
Los fines de semana en Lince, era de una movilización abrumadora desde tempranas horas del día, los que vivíamos en los alrededores del mercado lo sentiamos aún mas, en mi memoria han quedado grabadas todas las escenas de la gente comprando en los puestos y en los ambulantes que estaban siempre ahí, pero por las noches era un lugar fúnebre, muchas veces pasé por Tupac Amarú mirando por las rejas del mercado...una soledad, algo tenebrosa y uno, morbosamente esperando, a ver si aparecia algún espéctro ah! me olvidaba ..cucarachas volando. También había allí mismo, un pasaje, creo que se llamaba Condorcunca, ahi era el basurero del mercado y estaba alumbrado por un solo poste de luz, yo miraba gente metida en esos enormes montículos de basura recogiendo visceras..eran otras epocas y las cosas un poco mas díficiles y me cuesta trabajo pensar que lo usaban para su consumo. Tenía que decir esto por que no sé si por esos años alguién más vió lo que yo ví.
Pero no todo era malo, en la esquina de Julio C. Tello con Pumacahua, estaba siempre una señora con sus hijas vendiendo mercancias según la temporada, en carnavales, vendía globos, talco, chisguetes, máscaras, pica pica y serpéntinas. Luego todo el año vendía juguetes, soldaditos, y diversos artículos, y en Navidad era ahi donde comprabamos los cuetesillos, los napoleones, los rascapies, luces de bengala, silbadores, cuetones y las famosas ratablancas que las tenía bien escondidas.
Había noches que la tránquilidad de mi casa se veía interrumpida por el estruendo producido por los vendedores de húmitas, a ritmo de una Conga y un timbal podía observar a esos negritos bailando de forma achorada los ritmos negroides, entonaban unas estrofas, quien sabe que carajos decía. Nunca les compré asi que no puedo decir si eran buenos o malos, a veces eran unos disfrazados de negras,,con unos enormes senos y de igual forma unas voluminosas nalgas.
Por último, recordé al señor moreno con una saco gris y una gorrita tipo Baretta gritando "Revolución calieeeenteeee!!!...llevaba un lamparín de kerosene, una vez le compré y casi se me quiebra un diente de leche.
El otro día leí un artículo de que aún pasaba por las calles de miraflores, haciendo lo mismo pero con un traje blanco...me pregunto si será el mismo o solo es su fantasma recordando esos años maravillosos, aún asi, el olor a clavo y cánela me hace recordar aquel diente que casi pierdo un dia del cual no recuerdo en las calles de mi barrio querido, en Lince.
sábado, 20 de junio de 2009
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clavo y canela pa rechinar la muela....
ResponderEliminarcaray del mercado y sus alrededores me acuerdo y coincido contigo pero de la que vendia cuetes y regalos si ni idea ...bueno de hecho era tu casera y no la mia ....
ResponderEliminarcoral,que gusto hombre al menos leer tus comentarios,soy yo,jean,el hermano menor de paulo....un abrazo desde la distancia...
ResponderEliminarClaro que la recuerdo a la señora, ahora vende galletitas y dulces, si es que es la misma de la que hablamos, yo le compraba esas lucesitas, creo q se llamaban chispitas
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