EL PARQUE DE LOS COLUMPIOS

Mis amigos y yo en reiteradas ocasiones visitabamos los columpios que estaban frente a la entrada principal de la canchita en el Parque Castilla,para disfrutar un buen rato de diversión sana.
Lejos de tener una inmensa variedad de juegos, nosotros nos teníamos que conformar con pasamanos de todos los tamaños, columpios de cadenas oxídadas, toboganes con filosas láminas dobladas. A veces, cada quien escogía una ramita o una hoja como barquito y hacíamos carrera por todo el riachuelo de irrigación que bordea todas las héctares que conforman tan inmensa area verde, pero si eso era rídiculo no quiero imaginar como nos veríamos cuando carrito en mano bordeabamos toda una cuadra jugando carreritas por el sardinel de las veredas.
Allí mismo había un trompo ó campana que para mi gusto era el mejor juego que había, simplemente te agarrabas y empezabas a correr girando la rueda y volando un rato hasta que nuevamente corriamos y asi y asi y asi. A veces exigías más velocidad y algún amiguito se metia en el medio del trompo y daba mas fuerza a los giros.
Aquella vez, estabamos varios amigos jugando, me acuerdo que uno se ponía al extremo y los demas, casi 10 niños saltaban del otro haciendote volar, en una de esas yo caí de panzaso, me pare calladito sin poder respirar y solo alcance a decir con voz bajita "ya no juego ya" y me fuí a sentar en lo alto de un tobogán.
Después de un rato y ya recuperado del todo estuve en las andanzas nuevamente cuando nos dimos cuenta que alguién, algún niño un poco ñoño había ido acompañado de su empleada, supongo que para cuidarlo, mientras nosotros seguiamos volando y girando tontamente en el dichoso trompo, a alguno de nosotros tuvo que ocurrirsele invitar a la "chola" que gustosa aceptó.
Todos nos miramos y en silencio o telepáticamente hicimos el plan, le pedimos que se agarrara bien, así Henry le pidió entrelazar los dedos, con la fuerza centrífuga jamás se soltaría a lo que ella accedió.
Uno se metió en el medio y empezo a girar el trompo, todo era diversión hasta que varios salieron volando, quedando agarrados Piky y la Chola, él pidio más fuerza a lo que obedientes metimos a un segundo personaje al medio y la fuerza hizo que el propio Henry saliera volando, la chola, recia, aferrada y terca como nuestros antepasados no se soltaba, su orgullo por vencernos era más fuerte, nos quería a sus pies y terminando el juego tal vez pediría pleitesía...ya mi abuelo me había dicho que no le dieras poder al indio ni dinero al negro por que el mundo se acabaría asi que siendo yo un justiciero de la vida y haciendo caso a tan viles comentarios ráscistas me metí en el medio para dar mucho mas fuerza a las vueltas......
Primero los ojos blancos, el ruído del fierro haciendo fricción nos dejaba sordos y no podíamos escuchar los gritos de "paren!!!" que nos hacían los demás, en mi orgásmo delincuencial yo solo veía que se reían y le daba con mas fuerza, haciendo ruidos para que los tres que estabamos en el medio cual Vikingos salieramos vencedores, la chola empezó a botar espuma y yo me preguntaba "por que no se suelta? ..si ya le ganamos!!!"...y recordé que traía los dedos entrelazados...igual le dí mas fuerte...
...Hubiera sido genial que en el fondo de la escena se escuchara alguna melodía que inspirara a todos nosotros a observar a aquella muchacha volando por los aires en cámara lenta, algo asi como "across the universe"....pero no..solo se escucho el trancazo que se dió al aterrizar al lado de un tronco que estaba cerca de ahí.
La verdad de las cosas es que en ese momento yo pensé que ya la habíamos cagado pero pues ella tenía la culpa, nadie más, dijo que a ella no la volaríamos y aceptamos el reto, lo justo era irse calladita nomas.

Nos acercamos a ella temerosos, poco a poco podía observar las espumas en su pecho manchando el polo con colores folkloricos que traía, escuché que alguno de nosotros sosollaba pensando lo peor.....la miré y la vi sonriente, con los ojos desorbitados...le pregunté si estaba bien y solo atinó a decirme...."quiero mas"...Claro, claro.. la levanté y le sacudí la arena del poto.
Al final consiguió lo que quería que estuvieramos arrodillados ante ella y que yo le rindiera pleitesía...

Kausachum...!