MI AMIGO WILO Y YO

...Hablar de alguièn que no està con nosotros es muy fàcil por que sean verdades o mentiras no hay nadie quien pueda decir lo contrario, Wilo y yo somos amigos y creo que lo mejor de todo es que lo que yo cuente puede ser verdad o puede ser mentira, èl y yo somos los ùnicos que sabemos que fuìmos felices mientras estuvimos juntos.

No sè en que momento se diò pero muchos de nosotros nos hicimos realmente buenos amiguitos, desde inicios de nuestra trayectoria estudiantil hemos estado en contacto para cualquier ocasiòn y eso perdurò hasta que fuìmos jòvenes, eso es lo que siempre regresa a mi memoria, cada detalle que pasè y vivì con mi amigo al cual he buscado en mis sueños y recuerdos que un ser como yo siempre tiene presente entre lo real y lo pasado fantàstico.
Jugamos en cada Campamento que fuìmos, estuvimos en la misma Patrulla cuando pertenecimos a los Scouts, juntos hicimos la primera Comuniòn y lo tomo de buen humor por que era la epoca en que pocas veces decidia las acciones que marcarìan mi infancia.
Sè que el tambièn, como yo recuerda y quiere a sus amigos por que cuando dejò el barrio y se mudò a los Cedros de Villa, siempre se daba el tiempo para regresar ya sea por la enamorada o por los amigos, desde tan lejos en una epoca en la cual no era tan fàcil ir por aquellos rumbos.
Hace poco me dijo la China Rosa que a veces se encontraba con Wilo por la Av. Iquitos y que desde allì se acompañaban hasta el barrio.
Las locuras que el y yo vivimos nunca, y es lògico, podrè olvidar, puesto que aquellas acciones perversas y bizarras solo se viven con alguien con el cual tienes verdadera confianza.
Mis noches de insomnio se ven menos deprimentes al ver en mi mente como una pelìcula como van pasando escenas de mi amigo Wilo y yo juntos, ahì tambien estan nuestros demàs amigos.
Juan Guillermo Vera Portocarrero Carnero se convirtiò en una leyenda urbana y cada hazaña que realizò, buena o mala, es enaltecida por los que lo conocieron en su paso por nuestras vidas.
Sean verdades o mentiras cada vez que he platicado con èl en mi imaginaciòn, lo he visto tal cual lo dejè la ùltima vez que lo vì, allì en su casa de los Cedros, fumando y escuchando Iron Maiden platicando con rumbo desconocido por los pàntanos de Chorrillos, una tarde gris como tantas otras.
Le agradezco por que me he sentido halagado todo este tiempo ya que cuando era su cumpleaños fuì de los pocos elegidos para festejarlos junto a otros tres amiguitos, la Sra Yohana sirviendonos el Seco con Frejoles...ese dìa su Papà nos diò vino tinto....un poquito nomàs ya que cumplìa quince años.
Le he pedido disculpas por que cuando tocò fondo yo no estaba ahì y cuando me iba a buscar a mi trabajo en Chorrillos a veces no podìa cumplir mi promesa de visitarlo.
Hoy siento tantas cosas buenas, y no miento si digo que extraño al Wiloco, por que entre èl y yo siempre hubo semejanzas ideològicas, entre el recuerdo y el dolor de estar lejos hay un espacio que esta lleno de ese sentimiento que produce el no poder ver a un ser querido y admirado,pero sè que màs tarde una vez màs, lo visitarè para plàticar un poco de mùsica...

Me ha comentado que aùn guarda el overol verde agua que le prestè, y se burlò de mi por que su Mamà encontro las historietas que le prestè...pinche Wiloco