lunes, 7 de septiembre de 2009

EL DIA QUE ME PERDI

Hay un amor que no se puede comparar, el amor que se le tiene a los hijos...

Tenìa entre 2 y 3 años cuando vivimos un tiempo en San Juan de Miraflores, en aquellos tiempos en que casi todo ese Distrito era arena y desierto.

Mi abuelita me contò que salì por un momento de la casa a jugar y nadie me extrañò, y es que en esos años aùn se respiraba confianza, quiero pensar que asi era, puesto que en un descuido yo caminè màs de lo debido y salì de los lìmites de aquel barrio.
Dicen que cuando se dieron cuenta de que no estaba los gritos de mi Abuelita se escuchaban a 3 cuadras, y es que ella sòlo habìa tenido tres hijas y pues yo era el primer nieto varòn, bueno eso dicen, ella imaginaba que nunca mas me verìa. "Algùn dìa lo reconocerè por el lunar " decìa entre sollozos. Tengo un lunar bastante visible pero en la espalda y de imaginar que mi Abuelita andubiera levantandole el polo o camisa a cada muchacho que ella creyera que era su "nieto perdido", hubiera sido un buen argumento para tantas novelas patèticas hechas en Mèxico.

Loa vecinos, mi Tia Lupe, Mis otras tias y no sè cuanta gente màs inundaron las calles de aquel barrio en busca de "Toñito", asì me decìan y la verdad nunca me gustò.
Las horas pasaròn y las esperanzas se estaban perdiendo, a alguièn se le ocurriò ir a la Comisarìa local y fuè allì donde me encontraròn.
El policia del Banco de la esquina del mercado, viò a un niño pobre caminando con un chup en la mano(hielito) y con la otra jalando un camionsito, me imagino que de plastico, al darse cuenta de que nadie me acompañaba, decidiò llevarme a la comandancia hasta que algùien fuera por mì.
Eran otros tiempos, epocas un poco màs trànquilas tuve la suerte de que aquel Policia se diera el tiempo para auxiliarme, le agradezco y me hubiera gustado de que alguièn preguntase su nombre.

Cuenta la leyenda que allì me encontraron, sentado junto a los presos comiendome unas galletas.

...pienso en que si algo le pasara a alguna de mis hijas yo tambièn me desesperarìa, comprendo a mi Abuelita y me gustarìa saber que pensaba mi Madre en ese momento...nunca supe su versiòn, pero sè lo que debe haber sentido en su corazòn.

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