Siempre fuí deportista, de pequeño siempre estuve en los equipos de fulbito y a decir verdad, era bueno, me defendía.
Integré algunos equipos de barrio con éxito, recuerdo mucho los campeonatos que gané con La Peña Sporting Club, cosas inolvidables que sucedieron con la canchita del Castilla llena de gente hinchando por nosotros.
Luego seguí jugando Futbol, en las filas del Pierola, me dedique a hacer deporte y obviamente después de un fulbito era un "fullvaso", ganaramos o perdieramos le metiamos harta chela y ya totalmente ebrio me dirigia a la calidez de mi hogar, quisiera decirles que allí me esperaba mi comida calientita, para luego bañarme y acostarme y dormir hasta el Domingo, pero no, eso no sucedía y fué asi como yo aprendí a cocinar.
Aquella vez llegué a casa ebrio y con hambre, no había nada de comida, ese fin de semana todos habían decidido ir a Lince y yo por no quedarme donde mi Tía Mirtha me fuí para Breña.
Teníamos una cocina a kerosene, de esas con dos hornillas y con el frasco de vidrio, alli puse la olla con arroz, para que se cociera y asi poder freir pollo ó un huevo ó algo, la cuestión era de que tenía hambre, asi que mientras se cocinaba mi arrozito yo me acosté, así, con los chimpunes puestos.
Mi Mamá Chela estaba furiosa, indignada, era una mañana calurosa y estaba sumamente enojada de que le hubiesen robado la olla mas bonita del patio de la casa, "esto no hubiera sucedido en lince" repetía mientras yo me alistaba para salir, mi Mamá solo oía a mi Abuelita y me preguntaba que si sabía algo, yo obviamente no lo sabía menos mi hermano, la verdad que fué de esos casos sin resolver.
Todos los días era lo mismo, las mismas quejas, los mismos cuestionamientos, las mismas respuestas por casi 15 dias, hasta que Don Carlos, el carpintero que teníamos por vecino aviso a mi Mamá Chelita que algo negro se veía en el techo de la casa.
Sé que no hay crimen perfecto, pero si no hubiera sido por aquel viejo, yo hubiese pasado a la posteridad como el único en delinquir y salir inocente.
Resulta que aquella vez me quedé dormido y cuando desperté casi como a las 3 horas me acordé asustado del arroz....lo ví totalmente carbonizado y la olla lejos de ser aquel plateado precioso que mi Abuela presumía era solo una pieza negra momificada, quize pensar en que decir, quize inventar algo, que me drogarón , que hubo una explosión, temblor no sé..me nublé y con sangre fria solo decidí ocultar aquel cadáver, lo tomé del alámbrito que fungía de asa y lo lanzé al techo de la casa.
Así estuve por varios meses, saliendo antes de que mi Abuelita despertara y llegando cuando ella estaba durmiendo ya para cuando me iban a ejecutar se enteraron que mi hermano se tiraba la pera todos los días y eso fué como una córtina de humo que salvo mi pena por el délito cometido.
No saben como me la pase las 2 horas que tallé el arroz quemado....lo juro intenté revivir esa olla,,,pero ya había dejado de existir
sábado, 11 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
si pues,el crimen nunca paga,me agarraron despues e haberme tirado la pera como un mes...ademas quedè debiendole el libro de geografia a un profesor....
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPAULO EN VERDAD SOY TU SEGUIDORA.........NO ME CANSARE DE FELICITARTE........
ResponderEliminarYOHANA ROSA CARNERO HEREDIA
12 Julio